No por casualidad es el director del periódico Le Monde Diplomatique. Ignacio Ramonet, de origen español, gallego, y quien trabaja desde hace 34 años en Francia, representa al quijote de las letras. Alto, de contextura mediana y bigote gris, es un hombre con aire bohemio y personalidad otoñal. Desde su despacho ubicado en la Avenida Pichon de Paris, inmerso por la lectura y las montanas de libros que tiene en estanterías, el piso, encima y debajo del escritorio, escribe, desde un ordenador portátil, casi imperceptible a la vista, los editoriales de unos de los periódicos más influyentes de Francia.
En esta oportunidad Ramonet deja de cubrir las noticias para convertirse en el protagonista del reciente libro que acaba de publicar sobre Fidel Castro. Yo, Fidel (conversaciones con Ramonet), es el resultado de los múltiples encuentros que sostuvo con el líder comunista durante un periodo, intermitente, de cuatro anos.
Todo comenzó cuando Ramonet se encontraba en Cuba, en la feria del libro de ese país haciendo la presentación del libro Marcos, la dignidad rebelde que acababa de publicar sobre el líder zapatista. Fidel, quien se encontraba de visita en la feria, se acercó a saludarlo y comentar con el autor algunos apartes de la obra. Ramonet instintivamente le respondió el saludo proponiéndole escribir un libro-entrevista sobre él. Ala primer tentativa Fidel dijo que no. Amable pero evasivo le respondió a Ramonet que no perdiera su tiempo. Al final terminó cediendo y el resultado no podría ser mejor.
A partir de ese momento se generaron varios encuentros que dieron como resultado un libro y un documental. Una vez que Ramonet logro concretar a Fidel, se fijo como objetivo filmar la entrevista. Hizo un desplazamiento de cámaras, equipo técnico y se instalo durante 15 días consecutivos en el despacho del mandatario cubano.
Empezaron a hablar primero como dos viejos conocidos sin orden de temas ni cronología. Y al cabo de una semana de grabación Ramonet logro tener claro los esbozos de un primer guión. Ahí nace el documental.
Por otra parte, el libro, que es la continuación de todas las charlas posteriores a los días de grabación, toca los temas más sensibles sobre la vida de Castro, los mitos y leyendas sobre el decaimiento físico, si sufre o no Alzaitmer e incluso hasta si tiene una enfermedad mortal. Fidel respondió a todas las preguntas, empezando por las más amargas y las más obvias, también a las de los periodistas amigos de Ramonet que le hicieron llegar un cuestionario a través de su colega.
El momento más crítico durante la elaboración del libro la vivió el periodista de origen español, nacionalizado francés, en el 2003 cuando se encontraba en Paris y escucho por las noticias de la ejecución de varios cubanos que en un intento fallido se habían fugado de la isla. La pena de muerte impuesta por Fidel tomo por sorpresa al mundo entero incluso a quienes se consideraban simpatizantes del régimen castrista. De inmediato tomo un avión en dirección a la isla y se reunió con Castro. La oportunidad de entrevistarlo en ese momento era histórica.
Ramonet no niega que la entrevista que se desarrolla a lo largo del libro no buscaba entrar a polemizar. Tanto es así que le dijo a Fidel que el tendría la ultima lectura. Pero no por eso el libro deja de ser controversial y menos interesante. Fidel no deja cabos sueltos y relata con lujo de detalles por ejemplo la forma como participo a favor de Chávez durante el golpe de Estado que este sufrió en Venezuela y como movilizo a la CNN, quien lo creyera, para que entrevistaran a la hija de Hugo Chávez, la única persona que sabia que todo era una trampa de los militares y dijera a la opinión publica que no se trataba de una renuncia sino de un golpe de estado. También habla de la relación de Cuba con el ELN y las FARC. Sobre este ultimo tema Fidel narra un episodio cuando de su puno y letra le escribió una carta a Manuel Marulanda para solicitarle la liberación de un soldado que tenia a su hijo muriéndose de cáncer y lo único que pedía antes de morir era volver a ver a su padre secuestrado por la guerrilla. La negativa por parte de las FARC de liberar al soldado fue para Castro la gota que derramo el vaso. A partir de ese momento Fidel no quiere volver a saber nada más de las FARC y aclara que una cosa es estar de acuerdo con los objetivos y otra muy distinta con los métodos del grupo insurgente.
En ese mismo sentido, dice Ramonet, el único tema donde sintió que Castro hubiera podido decir más pero no lo hizo, fue sobre todo en los temas relacionados con Colombia. Y no porque no hablara de este país sino porque a diferencia de los otros temas, en este media muy bien sus palabras.
Polémico o no, el libro ya esta listo para sacar al mercado una segunda edición. El autor se reserva varios comentarios sobre las lecturas que Fidel le hizo al libro pero asegura que a diferencia de la primera edición, la segunda tendrá una mayor precisión en los detalles, como por ejemplo los nombres de los militares, que además son de conocimiento público, armaron el golpe de Estado contra Chávez en Venezuela.
Finalmente, Fidel, según Ramonet, es un hombre que goza de buena salud considerado la edad que tiene. Y contrario a lo que piensa la gente, durante los cuatro anos que estuvo en contacto con Fidel, tan solo vio en contadas ocasiones a Raúl Castro, hermano del mandatario. La gran pregunta que resta, incluso para Ramonet, quien hoy disfruta en sus manos el producto final del libro, es saber que le espera a Cuba después de Castro.
* Artículo publicado en Lecturas Dominicales, periódico El Tiempo en el 2006.
1 comentario:
Perdón por los errores de digitación! Hay ñ que no tienen la vírgula. Y Alzheimer claramente está mal escrito...La buena noticia es que en la versión impresa, no hay errores!
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